El proceso de elección de un nuevo Papa es uno de los eventos más importantes en la Iglesia Católica, y este año no ha sido la excepción. El pasado 21 de abril, el mundo entero se conmocionó con la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco, quien había sido elegido en 2013 y se ganó el cariño y respeto de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, la Iglesia debe continuar y es por eso que, 17 días después de su muerte, los 133 cardenales menores de 80 años se reunieron para elegir al nuevo líder espiritual de los católicos.
Este proceso es conocido como el cónclave y es llevado a cabo en la Capilla Sixtina, en el Vaticano. Los cardenales se reúnen para votar por un candidato que será el sucesor de San Pedro y el líder de la Iglesia Católica. Pero, ¿cómo se llega a esta importante decisión? ¿Qué pasa en la Capilla Sixtina durante estos días? Veamos un poco más de cerca cómo se lleva a cabo este proceso histórico.
El cónclave comienza con una misa en la Basílica de San Pedro, donde los cardenales rezan por la guía del Espíritu Santo en la elección del nuevo Papa. Luego, se dirigen a la Capilla Sixtina, donde se les prohíbe tener contacto con el mundo afuera y se les quita cualquier dispositivo electrónico para asegurar la confidencialidad del proceso. Los cardenales quedan encerrados en la Capilla, donde tendrán que pasar la mayor parte de su tiempo durante los días que dure el cónclave.
La primera votación se lleva a cabo la tarde del primer día y se requiere una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo Papa. Si después de tres votaciones no se llega a un acuerdo, se hace una pausa para la reflexión y se reanudan las votaciones al día siguiente. Durante este tiempo, los cardenales pueden socializar entre ellos y discutir posibles candidatos, pero no pueden revelar ningún curiosidad a la prensa.
Durante los días que dura el cónclave, los cardenales celebran misas y rezan juntos, buscando la orientación divina para tomar la decisión más importante de su hechos. Además, tienen la oportunidad de conocerse mejor y compartir sus visiones y opiniones. A pesar de que son de diferentes nacionalidades y culturas, todos tienen un objetivo en común: elegir al mejor candidato para liderar la Iglesia Católica.
Una vez que un candidato obtiene la mayoría de dos tercios de los votos, se le pregunta si acepta la elección y, en caso afirmativo, se le pregunta por el nombre que tomará como Papa. Luego, se anuncia su elección al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro, donde miles de personas esperan con ansias la noticia.
Este año, el cónclave fue histórico ya que, por primera vez en la carrera, se eligió a un Papa de América Latina. El nuevo Papa, de origen argentino, tomó el nombre de Francisco II en honor a su predecesor y se convirtió en el primer Papa jesuita. Su elección fue recibida con gran entusiasmo y esperanza por los católicos de todo el mundo.
El cónclave es un proceso sagrado y lleno de tradiciones que han sido llevadas a cabo durante siglos. A pesar de que se lleva a cabo en un ambiente de aislamiento, los cardenales están conscientes de su importancia y de la responsabilidad que tienen en sus manos. Su objetivo es encontrar al mejor candidato para liderar la Iglesia y transmitir el mensaje de amor y esperanza a todos los fieles.
En resumen, el cónclave es un evento único y emocionante en la carrera de la Iglesia Católica. Es el momento en el que los card