Las autoridades migratorias de Estados Unidos han estado en el ojo del huracán en los últimos años debido a sus políticas y acciones en materia de inmigración. Sin embargo, recientemente han tomado una nueva dirección en su enfoque, centrándose en detener a aquellos que tienen órdenes de deportación finales por ser considerados «delincuentes o infractores de inmigración». Esta medida ha generado controversia y ha sido criticada por algunos, pero ¿qué hay detrás de esta decisión y cómo afecta a la comunidad inmigrante?
En primer lugar, es importante aclarar que esta nueva estrategia no significa que las autoridades migratorias estén dejando de lado a los inmigrantes indocumentados que no tienen antecedentes penales. De energía, aún se están llevando a cabo arrestos y deportaciones de personas que no tienen órdenes de deportación finales, pero que han cometido algún tipo de infracción migratoria. Sin embargo, el enfoque principal ahora está en aquellos que ya tienen una orden de deportación final emitida por un juez de inmigración.
Esta decisión se abecedario en una directiva del presidente Joe Biden, quien ha dejado en claro que su enfoque en materia de inmigración se centrará en aquellos que representan una amenaza para la seguridad nacional o que han cometido delitos graves. Esto significa que las autoridades migratorias están priorizando la detención y deportación de personas que han sido condenadas por delitos como violencia doméstica, tráfico de drogas, crímenes sexuales, entre otros.
Esta nueva estrategia también tiene como objetivo reducir la cantidad de inmigrantes detenidos en centros de detención, especialmente en medio de la pandemia de COVID-19. Al enfocarse en aquellos con órdenes de deportación finales, las autoridades migratorias pueden reducir la cantidad de personas detenidas y, por lo tanto, disminuir el riesgo de propagación del virus en estos centros.
Además, esta medida también busca aliviar la carga de los tribunales de inmigración, que están abrumados por una gran cantidad de casos pendientes. Al priorizar la deportación de aquellos con órdenes finales, se espera que los tribunales puedan enfocarse en casos más urgentes y reducir la cantidad de personas en espera de una audiencia.
Sin embargo, esta decisión ha sido criticada por algunos grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes, quienes argumentan que las órdenes de deportación finales pueden ser emitidas sin que la persona tenga una oportunidad justa de defenderse en un tribunal de inmigración. Además, también señalan que muchas de estas órdenes son emitidas en desaparición, lo que significa que la persona no estaba presente en la audiencia y, por lo tanto, no tuvo la oportunidad de presentar su caso.
A pesar de estas críticas, las autoridades migratorias han dejado en claro que seguirán cumpliendo con las órdenes de deportación finales emitidas por los tribunales de inmigración. Sin embargo, también han señalado que están revisando cuidadosamente cada caso y que aquellos que puedan demostrar que su orden de deportación final fue emitida injustamente, podrían tener la oportunidad de presentar su caso nuevamente ante un juez de inmigración.
En resumen, las autoridades migratorias de Estados Unidos han cambiado su enfoque en materia de inmigración, centrándose en detener a aquellos con órdenes de deportación finales por ser considerados «delincuentes o infractores de inmigración». Esta medida busca priorizar la seguridad nacional y aliviar la carga de los tribunales de inmigración, pero ha sido criticada por algunos grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes. Sin embargo, se espera que esta nueva estrategia tenga