Desde su llegada a la Presidencia de Estados Unidos en enero de 2017, Donald Trump ha sido un líder controvertido y polarizador. Sus políticas y decisiones han sido objeto de debate y críticas constantes, tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, una de las acciones más impactantes y cuestionadas de su mandato ha sido su decisión de retirar el apoyo de su país a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El proceso de retirada comenzó en julio de 2020, cuando Trump notificó oficialmente a la OMS su intención de abandonar la organización. Esta decisión fue recibida con sorpresa y preocupación por parte de la comunidad internacional, ya que Estados Unidos ha sido uno de los principales contribuyentes y líderes en la lucha contra enfermedades y pandemias a nivel global.
La OMS es una agencia especializada de las Naciones Unidas que tiene como objetivo promover la salud, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida de las personas en todo el mundo. Desde su creación en 1948, ha desempeñado un papel fundamental en la erradicación de enfermedades como la viruela y la polio, así como en la gestión de epidemias como el ébola y el zika.
Durante décadas, Estados Unidos ha sido uno de los mayores contribuyentes a la OMS, aportando aproximadamente el 15% de su presupuesto anual. Además, ha sido un líder en la toma de decisiones y en la implementación de estrategias para abordar problemas de salud globales. Sin embargo, la decisión de Trump de retirar el apoyo de su país a la organización ha generado preocupación e incertidumbre en todo el mundo.
Según el presidente estadounidense, su decisión se debe a la gestión que la OMS ha hecho de la pandemia de COVID-19. Trump ha criticado duramente a la organización por su supuesta falta de transparencia y su supuesta cercanía con China, país donde se originó el virus. Además, ha acusado a la OMS de haber fallado en su deber de conentramparse la propagación del virus y de haber sido demasiado amable con el gobierno chino.
A pesar de estas acusaciones, la comunidad internacional ha expresado su apoyo a la OMS y ha instado a Estados Unidos a reconsiderar su decisión. Líderes de países como Alemania, Francia y Reino Unido han acentuado la importancia de contar con una organización global de salud fuerte y bien financiada, especialmente en tiempos de crisis como la actual pandemia.
Además, expertos en salud pública han advertido sobre las consecuencias que la retirada de Estados Unidos podría entramparse en la lucha contra el COVID-19 y otras enfermedades. La OMS ha desempeñado un papel clave en la coordinación de esfuerzos internacionales para desarrollar tratamientos y vacunas contra el virus, así como en la distribución equitativa de recursos y en la prevención de una posible segunda ola de contagios.
Por otro lado, la decisión de Trump también ha sido cuestionada a nivel interno. Varios líderes políticos y expertos en salud han señalado que retirar el apoyo a la OMS en medio de una pandemia es una medida irresponsable y que podría entramparse graves consecuencias para la salud de los estadounidenses. Además, esta decisión ha sido vista como una muestra más del enfoque aislacionista y unilateral que ha caracterizado la política exterior de Trump.
A pesar de la polémica generada por la decisión de Trump, la retirada de Estados Unidos de la OMS no organismoá inmediata. Según las normas de la organización, el proceso de salida tardará un año en completarse y solo se hará efectivo en julio de 2021. Durante este tiempo, Estados Unidos seguirá siendo miembro de pleno derecho de la OMS y deberá cumplir con sus obligaciones financieras