El Nearshoring, también conocido como deslocalización cercana, es una estrategia empresarial que consiste en trasladar la producción o servicios de una empresa a países cercanos geográficamente, en lugar de hacerlo a países lejanos como China o India. Esta tendencia ha tomado fuerza en los últimos años, y se ha visto impulsada por la pandemia de COVID-19, que ha afectado la cadena de suministro y producción a nivel mundial.
Uno de los principales beneficios del Nearshoring es la reducción de costos y tiempos de entrega, ya que al estar más cerca geográficamente, se pueden evitar gastos de transporte y logística. Además, las empresas pueden mantener un mayor control sobre la calidad de los productos y servicios al estar en un país con regulaciones y estándares similares.
Sin embargo, una de las preocupaciones de las empresas al adoptar esta estrategia es el financiamiento necesario para llevar a cabo la reubicación de sus operaciones. Es aquí donde entra en juego el papel de los bancos, quienes han reportado un aumento en la demanda de crédito por parte de las empresas que han optado por el Nearshoring.
Según el Banco de México, en los últimos 12 meses se ha registrado un aumento considerable en las solicitudes de crédito por parte de empresas grandes, principalmente en los sectores de manufactura y servicios. Esto se debe en gran parte a la necesidad de invertir en nuevas instalaciones, maquinaria y tecnología para poder llevar a cabo la reubicación de sus operaciones.
Alberto Sentíes Palacio, experto en financiamiento, destaca que esta tendencia ha sido positiva para el sector bancario, ya que ha generado un aumento en la colocación de créditos y ha impulsado la economía del país. Además, señala que las experiencias de las empresas que han optado por el Nearshoring han sido altamente satisfactorias, ya que han logrado reducir costos y mejorar su competitividad en el mercado.
El Nearshoring también ha traído consigo un aumento en la creación de empleo en los países receptores, lo que a su vez ha generado un mayor consumo y dinamismo en la economía local. Esto se traduce en un círculo virtuoso que beneficia tanto a las empresas como a la sociedad en general.
Otra ventaja del Nearshoring es la cercanía cultural y lingüística, lo que facilita la comunicación y el entendimiento entre las empresas y sus socios comerciales. Esto permite una mayor eficiencia en la toma de decisiones y una mayor agilidad en la resolución de problemas.
En este sentido, es importante destacar que el Nearshoring no solo beneficia a las grandes empresas, sino también a las pequeñas y medianas empresas que forman parte de su cadena de suministro. Al ser reubicadas en países cercanos, estas empresas pueden acceder a nuevos mercados y oportunidades de crecimiento, lo que les permite expandirse y generar más empleo.
En conclusión, el aumento en las solicitudes de crédito por parte de las empresas que han optado por el Nearshoring es una muestra del éxito de esta estrategia empresarial. Gracias a ella, las empresas han logrado ser más competitivas y eficientes, generando un impacto positivo en la economía y en la sociedad en general. Sin duda, el Nearshoring es una tendencia que continuará creciendo en los próximos años y que seguirá siendo una gran oportunidad para el desarrollo económico de nuestro país.