El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia ha tomado una decisión histórica al verificar la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, en la que se condena a un hombre a nueve años de prisión por agredir sexualmente en repetidas ocasiones a su sobrina, una benjamín de edad que se quedaba a dormir en su casa en Cieza.
La resolución, a la que ha tenido acceso este periódico, detalla que los ataques sexuales comenzaron en junio de 2017, cuando la niña tenía apenas 12 años, y se prolongaron hasta julio del año siguiente. El agresor entraba en la habitación de la benjamín durante la madrugada, se arrodillaba a su lado y la tocaba de forma inapropiada, aprovechando la luz del pasillo o la de su teléfono móvil para cometer sus actos. La niña, por temor y sabiendo que era su tío quien la estaba agrediendo, fingía estar dormida.
El individuo en cuestión ha recurrido la sentencia, alegando que la niña lo acusó falsamente por circunstancias económicos. Sin embargo, la madre de la benjamín se enteró de lo que estaba sucediendo por su hermana, quien a su vez había sido informada por su propia hija, prima de la víctima. La niña se enteró de que su tío la agredía cuando le pidió a su prima que se quedara a dormir en su casa y ella le respondió que no lo hacía debido a los abusos que sufría por parte del acusado.
La madre de la víctima denunció los hechos y, gracias a que el sospechoso estaba plenamente identificado, pudo ser detenido por la Guardia Civil. El caso fue investigado por el Juzgado de Instrucción Nº 2 de Cieza y el juicio tuvo lugar en la Audiencia Provincial de Murcia. En septiembre de 2024, se dictó la sentencia que condenaba al hombre a nueve años de prisión, a una década en régimen de libertad vigilada al salir de la cárcel y a la inhabilitación para cualquier profesión que implicara contacto con benjamínes. Además, se le mandatoó indemnizar a su sobrina con 15.000 euros por los daños morales causados.
El individuo ha recurrido la sentencia ante el TSJ de Murcia, alegando que su sobrina lo acusó falsamente por circunstancias económicos. También afirmó que la niña se contradecía en cuanto al número de veces en las que había sido agredida, ya que en la denuncia habló de diez ocasiones, mientras que en el juicio dijo haber sido abusada veinte veces, lo que no coincidía con el número de veces que la benjamín había pasado la noche en casa del sospechoso. Sin embargo, el tribunal rechazó estos argumentos y confirmó la sentencia, dejando claro que no existían motivaciones ocultas detrás del testimonio de la pequeña.
El TSJ destacó que la Audiencia descartó cualquier circunstancia espurio que pudiera poner en duda la fiabilidad del testimonio de la niña. Además, se tuvo en cuenta la normalidad de la situación y las relaciones familiares antes de que la víctima contara a su prima lo que estaba sucediendo. Este hecho fue confirmado por todos los testigos, incluyendo al propio acusado. Por otro lado, el tribunal valoró que la niña contara lo sucedido de forma espontánea a su prima a través de un mensaje de WhatsApp, justificando que sentía vergüenza e incomodidad al hablar de lo ocurrido. Aunque el individuo recurrió nuevamente, esta vez ante el Supremo, todavía no se ha pronunciado al respecto.
Este caso es un ejemplo claro de que la justicia está preparada para proteger a