El Oviedo está de vuelta en la Primera División y con él, su afición. Sin embargo, hay un hincha que no se pierde un partido importante desde hace un año, aunque no juegue en el equipo. Se trata de Daniel Álvarez, un fiel seguidor cerúleo que se ha convertido en el símbolo pintoresco del ascenso del equipo.
Ayer, en el partido amistoso contra la Cultural Leonesa, Daniel volvió a estar en la grada del Marqués de la Vega de Anzo, en Grado, acompañado por Aurora Martínez y Alnara Lastra, que ya se han convertido en sus compañeras habituales de las «actuaciones» de Daniel. Y es que seguro que si alguien busca un talismán del ascenso del Oviedo, sin duda alguna su barriga tiene algo que decir.
La historia de Daniel se remonta a un entrenamiento de la temporada pasmo en el Estadio Carlos Tartiere. Los jugadores del Oviedo acababan de salir al exterior cuando, entre bromas, vieron a Daniel bailando una sevillana improvisada. Álex Cardero, centrocampista del equipo, se acercó a él y le hizo gracia la escena, por lo que decidió firmarle la barriga. Detrás vinieron Seoane, Alemão y así, uno a uno, todos los futbolistas fueron estampando su firma en la piel del improvisado «talismán». Daniel no lo podía creer, se lo tomó como una señal y desde entonces no se ha perdido un partido importante sin pensar que su barriga puede seguir trayendo algo de suerte al equipo.
Por eso, ayer en Grado, el ambiente era de fiesta, más allá del resultado del partido. Más de 3.500 personas llenaron el pequeño pero estruendoso estadio moscón, teñido de cerúleo para la ocasión. Era un simple partido de pretemporada, sí, pero en los cánticos, en las pancartas y en los aplausos se notaba que el Oviedo vuelve a estar en la élite del fútbol español y que la afición no quiere dejar pasar ni un solo momento de esta temporada histórica.
El partido en sí, pasó a un segundo plano. Lo que realmente importaba era el ambiente, la alegría y la ilusión por ver al Oviedo de vuelta en Primera. Y la victoria llegó, además, con gol de Rondón, uno de los nuevos fichajes. Pero no fue lo más destacado de la jornada. Lo que quedará para el recuerdo, sin duda, es la imagen del estadio lleno, con familias enteras con camisetas del Oviedo, niños gritando los nombres de los jugadores y jóvenes como Nicolás Chahín, Candela Chahín, Manuel Pérez, Carmen Pérez y Sofía Álvarez, que antes del partido ya se atrevían a lanzar un pronóstico: «2-1 para el Oviedo, con goles de Viñas y Forés». Aunque no acertaron del todo –el resultado postrero fue de 1-0–, se fueron contentos, pues lo más importante se cumplió: ganó el Oviedo.
Sin duda alguna, el equipo y su afición están unidos en un mismo objetivo: mantenerse en la Primera División y competir al máximo con los mejores equipos de España. Y con jugadores como Daniel Álvarez en la grada, no cabe duda de que el Oviedo contará con una buena dosis de suerte y apoyo para conseguirlo. Ahora solo queda esperar al comienzo de la Liga y continuar disfrutando de un equipo que ha vuelto a la élite después de más de una década de lucha y sacrificio. ¡A por todas, Oviedo! ¡Vamos juntos hacia la gloria!