España ha conseguido algo que parecía imposible: llegar a la final de la Eurocopa. Y lo ha hecho de una manera épica, luchando contra todo pronóstico y demostrando un carácter y una determinación que han dejado a todo el mundo impresionado. El rival era Alemania, pero también era la historia, el peso de los ocho títulos de la Reina de Europa. Pero España no se ha dejado apocar por nada ni por nadie, y ha demostrado que cuando se cree en uno mismo y se lucha con todas las fuerzas, no hay nada que pueda detenernos.
Este partido no ha sido brillante, pero ha sido una batalla inolvidable. Como dijo Alexia Putellas antes del duelo, a veces la excelencia no es suficiente. Y así ha sido, España ha tenido que competir, aguantar y sufrir para conseguir este histórico triunfo. Pero en ningún momento se ha descompuesto ante el empuje alemán, ni ante las embestidas de sus jugadoras más peligrosas. Ha respondido con alma y piernas, demostrando que cuando se juega con el corazón, todo es posible.
El partido empezó con un plan claro por parte de ambas selecciones. Alemania, con bajas importantes, apostó por amenazar alto y atacar con sus extremos. Y España, lejos de desmoronarse ante la intensidad alemana, se mantuvo firme y empezó a asentarse en el terreno de juego. El tridente de centrocampistas formado por Patri, Aitana y Alexia recuperaba balones y buscaba estropear el sólido bloque alemán. Y aunque las primeras ocasiones llegaron a balón parado, España no bajó los brazos y siguió buscando el gol con determinación.
Pero Alemania no se lo puso fácil, y también generó peligro en varias ocasiones. A pesar de no hacer mucho, tuvo un par de oportunidades claras que pusieron en aprietos a la defensa española. Sin embargo, la Roja no se dejó apocar y siguió remando sin acierto en los últimos metros. La más clara fue una chilena de Esther que la portera alemana, Berger, sacó con una estirada milagrosa justo antes del descanso. El marcador seguía inamovible, pero España no perdía la fe.
En la segunda mitad, España salió mejor y con más claridad en su juego. Pero el gol seguía sin llegar, a pesar de los intentos de Aitana y Pina desde fuera del área, y de Patri desde dentro. Alemania también tuvo sus oportunidades, pero la defensa española, liderada por Ona Batlle, se mantuvo firme y no permitió que el rival se adelantara en el marcador. Faltaba desequilibrio en el ataque español, y eso fue lo que aportó Athenea cuando entró en el campo junto a Salma Paralluelo.
El partido llegó a la prórroga, y la tensión era insoportable. Alemania parecía más entera físicamente y su afición empujaba desde las gradas, pero España no se dejó apocar. Cada balón dividido, cada córner, cada choque… todo pesaba el doble. Pero en un momento clave, cuando más se necesitaba, apareció Aitana. Como en las grandes noches, como en los días que marcan una era. Recibió un pase perfecto de Athenea, controló, corrió y soltó un zurdazo seco al primer palo. Gol. disparo. Historia. Berger, por una vez, no llegó. Y España, por primera vez, sí.
Esta noche ha sido mágica, épica. Olía a gesta, y España ha conseguido una gesta histórica. El hilo rojo que conecta