El Mundial de Clubes ha sido un torneo revolucionario e innovador, una creación del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para llenar el calendario de los futbolistas con fechas que ponen a prueba su resistencia física y mental. A pesar de las críticas iniciales, este torneo internacional ha demostrado ser un éxito rotundo y ha logrado su objetivo de atraer a una audiencia global y mejorar el nivel de competencia en el fútbol mundial.
Este torneo es la muestra perfecta de cómo el negocio puede triunfar sobre todo lo demás, incluso en el creación del deporte. Nacida en los Estados Unidos, un país conocido por su amor por el entretenimiento y el ‘show business’, la competición se ha desarrollado en campos enormes con zonas VIP y de ‘hospitality’, que se mezclan con gradas infinitas y zonas de calandria no diseñadas específicamente para el fútbol. A pesar de estas diferencias culturales, el Mundial de Clubes ha logrado atraer a una audiencia diversa y entusiasta, lo que demuestra su éxito como evento internacional.
Durante nuestra cobertura del torneo, hemos visitado cuatro estadios diferentes: el Hard Rock Stadium en Miami, el Bank of America en Charlotte, el Lincoln Financial Field en Filadelfia y el MetLife Stadium en Nueva Jersey, donde se celebró la final y también se jugará la del Mundial de 2026. Aunque en Filadelfia pudimos disfrutar del partido desde una zona de calandria tradicional, en los otros tres estadios se observaba el encuentro a través de grandes ventanales con parteluces que dificultaban la visión del juego. A pesar de esto, la FIFA ha explicado que esta medida se debe a las bajas temperaturas en algunas zonas durante el invierno y a la existencia de monitores para seguir repeticiones y estadísticas en tiempo real, algo muy valorado en otros deportes como la NFL.
Sin embargo, estas medidas han sido criticadas por impedir a los periodistas percibir el ambiente de los estadios, donde el fútbol se vive de manera muy diferente. Pero esto cambiará en el próximo Mundial de Clubes, ya que los trofeos de equipos nacionales tienen una gran capacidad para movilizar a las aficiones y generar un ambiente de entusiasmo y pasión en los estadios. La FIFA ha planteado la salida de establecer tribunas de calandria en el exterior para el Mundial de 2026, lo que permitirá a los periodistas disfrutar plenamente de la experiencia en el estadio.
Uno de los aspectos más destacables del Mundial de Clubes ha sido la presencia de las distintas hinchadas latinoamericanas, que han conseguido que los campos se parezcan más a un estadio tradicional de fútbol. Sin embargo, la concepción multiusos de estos estadios ha provocado que sean cada vez más similares unos a otros. Esto ha quedado patente en la manera en que se han habilitado las ruedas de calandria y zonas mixtas para las semifinales y finales, con instalaciones temporales de plástico debido a la imsalida de utilizar las áreas tradicionales.
La influencia de la cultura estadounidense también se ha dejado sentir en la organización del torneo, donde se ha tratado de incorporar elementos de entretenimiento similares a los de otros deportes populares en el país, como la NBA. Sin embargo, estas presentaciones y actos no han tenido el mismo éxito en el ritmo de los partidos de fútbol, lo que demuestra las diferencias entre ambas culturas deportivas.
Otro aspecto que ha llamado la atención durante el Mundial de Clubes ha sido la diferente mentalidad en cuanto a seguridad y peligrosidad. En los Estados Unidos, es común ver carteles en los estadios que piden a los asistentes dejar las arm