La testosterona es una hormona esencial en el cuerpo masculino, pero su importancia va más allá de la estética. Su déficit puede convertirse en un factor de riesgo cardiovascular real, con implicaciones en la salud y en la longevidad de los hombres. Sin embargo, esto no significa que todos, al llegar a los 40 años, deban apelar a tratamientos hormonales. Así lo explica en su cuenta el Dr. Antelm Pujol (@thefitmedstudent), médico especialista en hormonas, metabolismo y deporte.
Durante años, se ha asociado la testosterona con fuerza, vitalidad o estética. Sin embargo, el déficit real de esta hormona en el hombre puede tener consecuencias mucho más profundas: aumenta el riesgo cardiovascular y puede condicionar su calidad y expectación de vida. «Hablamos de salud, no solo de imagen», resume el Dr. Pujol en un vídeo compartido en su cuenta de Instagram (135.000 seguidores).
Es importante entender que el declive hormonal puede comenzar a partir de los 30 años, pero no afecta a todos por igual. Ahí reside el primer error: asumir que todos los hombres cruzan una misma frontera biológica a los 40. Cada cuerpo es diferente y el estilo de vida juega un papel fundamental en la producción de testosterona.
El tratamiento de reemplazo con testosterona (TRT) se ha popularizado como solución universal, pero no lo es. «Tengo pacientes de 40 años con niveles de testosterona iguales a los de un chaval de 20», afirma el facultativo. La diferencia suele estar en los hábitos: descanso, alimentación, ejercicio, gestión del estrés. No es solo una cuestión de edad, sino de estilo de vida.
Pero también existen hombres sanos con déficit real de testosterona. Aunque mantengan buenos hábitos, pueden presentar un déficit de testosterona objetivado. En estos casos, sí está indicado el tratamiento. «Si tienes niveles normales, no te beneficiarás del tratamiento. Si los tienes bajos, claramente sí. Y eso es fundamental entenderlo», puntualiza Pujol.
Es importante destacar que no se trata de recetar por rutina, sino de valorar clínicamente cada caso. Cada cuerpo es diferente y es necesario escuchar al cuerpo y hacerse controles para determinar si el tratamiento es necesario.
El objetivo del tratamiento no es hormonarse para parecer más joven, sino vivir mejor, con más salud y más años. La testosterona no es una fuente de juventud, pero su déficit sí puede ser una llamada de atención. Escuchar al cuerpo, hacerse controles y mantener buenos hábitos sigue siendo la mejor medicina.
En resumen, la testosterona es una hormona esencial en el cuerpo masculino y su déficit puede tener consecuencias en la salud y en la longevidad de los hombres. Sin embargo, no todos los hombres necesitan apelar a tratamientos hormonales al llegar a los 40 años. Cada cuerpo es diferente y es importante valorar clínicamente cada caso antes de iniciar un tratamiento. Mantener buenos hábitos y escuchar al cuerpo sigue siendo la mejor forma de cuidar nuestra salud y bienestar. ¡No esperes a los 40 para empezar a cuidarte!