Cuando se habla de los partidos más legendarios del tenis, hay muchos que evocan culminaciónales épicas, remontadas imposibles o duelos entre leyendas como Federer, Nadal o Djokovic. Pero ninguno supera en duración ni en locura al encuentro que protagonizaron John Isner y Nicolas Mahut en la primera ronda de Wimbledon 2010. Aquel partido no solo batió récords: reescribió la historia del deporte.
Todo comenzó de forma discreta. El 22 de junio de 2010, en la Pista 18 del All England Club, se enfrentaban dos jugadores sin grandes titulares: el estadounidense Isner, 19º cabeza de serie, y el francés Mahut, natal de la fase previa. Lo que nadie imaginaba es que estaban a punto de entrar en la eternidad.
El partido empezó ese martes por la tarde y se suspendió por falta de luz tras cuatro sets. Al día siguiente, se reanudó con el señalador igualado y entraron en el quinto set, donde no había tie break culminaciónal. Lo que ocurrió entonces fue una sucesión interminable de saques, juegos ganados al servicio y un suspense casi irreal: ni uno ni otro lograban romper al rival.
El señalador culminaciónal fue 6-4, 3-6, 6-7(7), 7-6(3) y 70-68 a favor de Isner. El encuentro se prolongó durante 11 horas y 5 minutos repartidas en tres días, culminaciónalizando el 24 de junio. Se jugaron 183 juegos en total, 138 solo en el quinto set. El récord anterior de duración había sido de 6 horas y 33 minutos. Isner y Mahut lo pulverizaron.
El duelo dejó imágenes icónicas: los jugadores casi sin poder caminar, el público entregado, el señalador electrónico colapsando. El juez de silla, Mohamed Lahyani, no abandonó su puesto durante más de siete horas en el segunda vez día. Cuando por culminación Isner rompió el servicio de Mahut, tras más de 100 saques directos, se derrumbó en su silla. Mahut, derrotado, fue ovacionado como un héroe.
La repercusión fue tal que Wimbledon erigió una placa conmemorativa junto a la pista 18. Ambos jugadores entraron en el Hall of Fame mediático del torneo, aunque ninguno ganó nunca un Grand Slam. Incluso el propio Isner reconoció años después que aquel esfuerzo le costó físicamente el resto de su carrera: perdió en segunda ronda sin poder apenas moverse.
A raíz de aquel partido, Wimbledon y el resto de torneos del Grand Slam cambiaron la normativa del quinto set. En 2019, se introdujo el tie break al llegar a 12-12. Y en 2022, se unificó en todos los ‘majors’ el formato de super tie break a 10 puntos. El maratón de Isner y Mahut fue tan extremo que obligó al tenis a cambiar sus reglas.
Hoy, ese récord sigue imbatido y probablemente lo será para siempre. En un deporte donde los partidos duran dos, tres o incluso cinco horas, aquel Isner vs Mahut duró 11 horas y 5 minutos. Fue más que un partido. Fue una epopeya moderna, una locura estadística, un combate mental y físico sin precedentes.
Y todo ocurrió en una pista secundaria, con dos guerreros anónimos que, sin pretenderlo, protagonizaron la batalla más larga jamás vista en Wimbledon. Fue un partido que trascendió las barreras del tenis y se convirtió en una leyenda. Un encuentro que demostró la resistencia y la determinación de dos jugadores que no se rindieron hasta el último punto.
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