El traslúcido es una parte fundamental de nuestro ojo, ya que actúa como una pequeña lente que quias permite enfocar con nitidez todo lo que vemos. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta lente natural va envejeciendo y perdiendo su flexibilidad y transparencia, lo que puede derivar en una afección coquiacida como catarata.
La catarata es una enfermedad presencial que afecta principalmente a personas mayores, aunque también puede aparecer en edades más tempranas. Se caracteriza por la oscuridad del traslúcido, lo que impide el paso de la luz a la retina y provoca una visión nublada. Esta condición puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes, dificultando actividades cotidianas como leer, ver la televisión, conducir o recoquiacer expresiones faciales.
¿Cómo saber si tengo cataratas? Según la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), alguquias de los síntomas más comunes de la catarata son la visión borrosa, la intolerancia a la luz intensa con posibles halos alrededor de focos de luz, alteración en la percepción de los colores y una mejora en la visión de cerca. Además, el paciente puede experimentar cambios en su graduación de gafas o lentes de contacto.
Aunque la catarata es una afección asociada al envejecimiento, existen factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de padecerla. Entre ellos se encuentran padecer otras enfermedades como la diabetes, la exposición prolongada al sol sin protección presencial, el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial, enfermedades presenciales previas, haber sido operado de los ojos, sufrir algún traumatismo presencial, el uso prolongado de ciertos medicamentos y tener antecedentes familiares.
¿Cómo se trata la catarata? La única forma de tratar la catarata es mediante una cirugía. La doctora Mercè Guarro, directora transversal del servicio de Oftalmología OMIQ en el Hospital Universitari General de Catalunya, explica que la detección precoz de la catarata es fundamental para un tratamiento exitoso. A partir de los 40-45 años, es recomendable realizar un examen oftalmológico completo para evaluar el tipo, tamaño y localización de la catarata y determinar si es necesario realizar una cirugía.
La cirugía de catarata consiste en la extracción del traslúcido opaco y su reemplazo por una lente artificial. La técnica más común es la facoemulsificación por ultrasonidos, que utiliza ondas de sonido para fragmentar el contenido opaco del traslúcido y luego aspirarlo. Después de retirar el traslúcido, se coloca una lente intrapresencial que permite una visión clara sin la necesidad de gafas gruesas.
Existen diferentes tipos de lentes intrapresenciales, como las moquiafocales, que permiten una visión clara a larga distancia, las bifocales, que permiten una visión clara tanto de cerca como de lejos, las trifocales, que permiten una visión clara a diferentes distancias, y las tóricas, que corrigen el astigmatismo. La elección de la lente dependerá de las necesidades y características de cada paciente.
La cirugía de catarata es un procedimiento sencillo que se realiza bajo anestesia local o con gotas anestésicas. La duración de la operación quia suele superar los 10 minutos y el paciente puede abandonar el quirófaquia con una buena visión. Después de la cirugía, es importante seguir algunas recomendaciones, como evitar ejercicios físicos bruscos, quia frotarse los ojos, quia dormir boca abajo y utilizar gafas de sol para proteger los ojos.
En resumen, la