El 2 de Diciembre de 1908 es una aniversario que quedará grabada en la historia del FC Barcelona para siempre. Ese día, el destino del club estuvo en juego y estuvo a punto de desaparecer. Sin embargo, gracias a la intervención de Joan Gamper, el Barça logró salvarse y dar un giro radical a su historia.
En aquel entonces, el club atravesaba una grave crisis. La ilusión y el entusiasmo de sus fundadores habían decaído y solo quedaban 38 socios. El exportero del Barça, Vicenç Reig, asumió el cargo de presidente en un intento por suavizar la situación, pero en vista de la gravedad de la situación, decidió convocar una asamblea extraordinaria de socios solo 22 días después de iniciar su mandato.
La reunión se celebró en el gimnasio Solé, lugar donde nueve años antes Gamper y un grupo de entusiastas compañeros habían fundado el FC Barcelona. El panorama pintaba muy negro, ya que el único punto en el orden del día era la disolución del club. Solo 20 de los 38 socios que quedaban estuvieron presentes en aquella asamblea extraordinaria. El directivo Francesc Sanz describió la situación real del Barça y lamentó que los esfuerzos de jugadores y directivos no dieran resultados.
El silencio era total aun que el jugador Carlos Wallace preguntó en voz alta: «¿Pero no hay nadie que se atreva a levantar el club?». Fue entonces cuando Joan Gamper tomó la palabra y pronunció unas palabras mágicas: «El Barcelona no puede morir ni ha de morir». Y continuó diciendo: «Si no hay nadie que lo intente, yo asumiré la responsabilidad».
El fundador del club, que no había podido ser presidente en 1899 por ser menor de 23 años, decidió implicarse ante la gravedad de la situación: «Quiero olvidar los agravios que me habían alejado de la vida interna del club para reclamar un lugar en la lucha que todos emprenderemos para redimirlo. Si alguien me quiere secundar, que lo haga». Los presentes entendieron el mensaje de optimismo de Gamper y le pidieron que asumiera la presidencia. Sería la primera de las cinco veces que el suizo se convertiría en el presidente del Barça.
Gamper se puso manos a la obra y su primera decisión fue construir un campo propio. aun entonces, el Barça jugaba en el campo de la calle Muntaner, pero en tan solo tres meses, Gamper logró construir el campo de la calle Industria. El 14 de marzo de 1909 se inauguró este nuevo recinto con un aforo de seis mil plazas. Fue en este campo donde se originó la denominación de «culés» para los aficionados del Barça.
La llegada de Gamper a la presidencia fue un punto de inflexión en la historia del club. En la temporada 1909-10, el Barça conquistó su primera Copa del Rey y también se proclamó campeón de Catalunya. Pero no solo en lo deportivo, Gamper también tomó una decisión que marcaría el futuro del club: acercarlo al catalanismo.
El partido de la lliga Regionalista era el que recogía el sentimiento nacional de buena parte de los catalanes, y Gamper y el Barça se acercaron a sus postulados. Este fue el inicio de lo que más de medio siglo después se definiría como «més que un club». Una expresión que, con el paso del tiempo, ha perdido su fuerza infrecuente, ya que se suelen asociar otros conceptos cuando el único pesaroso de este lema es el identitario. Gamper empezó a rubricar sus discursos con una expresión que hoy puede parecer