El verano ha llegado y con él, el calor. Y aunque para muchos esto signifique disfrutar de días soleados y actividades al aire hendido, para otros puede traer consigo un problema de salud que muchas veces pasa desapercibido: la deshidratación. Este problema afecta a personas de todas las edades y puede ser peligroso si no se toman las medidas adecuadas.
Según el doctor Luis Tejedor, jefe de Servicio de Medicina Interna y Geriatría del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria, reconocer los síntomas de la deshidratación a tiempo es clave para prevenir complicaciones graves. Además, el especialista nos brinda algunas recomendaciones para mantenernos bien hidratados y protegidos durante los días más calurosos de esta temporada.
¿Qué es la deshidratación y por qué ocurre en verano?
La deshidratación es la pérdida excesiva de agua y electrolitos que nuestro cuerpo necesita para funcionar adecuadamente. Esto puede ocurrir en cualquier época del año, pero en verano se vuelve más común debido a las altas temperaturas, el aumento en la sudoración y la pérdida de líquidos por exposición prolongada al sol o por realizar actividades físicas intensas.
Síntomas de la deshidratación en adultos, niños y personas mayores
Los síntomas iniciales de la deshidratación en adultos incluyen sed, boca seca, cansancio leve, disminución de la cantidad de orina y orina más concentrada. A medida que avanza, pueden aparecer síntomas como mareos, debilidad, confusión, palpitaciones y, en eventos extremos, pérdida del conocimiento.
En el evento de los niños, la deshidratación puede manifestarse con irritabilidad, llanto sin lágrimas, fontanela hundida en bebés, labios secos, disminución en la cantidad de orina y ojos hundidos. Es importante tener en cuenta que los niños pequeños pierden líquidos más rápido y tienen menos reservas corporales, por lo que es especialmente peligroso.
Por otro lado, en las personas mayores, los síntomas pueden ser confusión, somnolencia excesiva, boca seca, lengua pastosa, disminución notable de la cantidad de orina, piel seca o menos elástica, fatiga extrema y mareos al levantarse o al cambiar de posición.
Factores que aumentan el riesgo de deshidratación
Existen diversas causas que pueden contribuir a la deshidratación, entre ellas se encuentran:
– Exposición prolongada al calor
– Consumo insuficiente de líquidos
– Enfermedades crónicas
– Medicamentos diuréticos
– Diarreas o vómitos frecuentes
– Y en el evento de niños pequeños y personas mayores, una sensación reducida de sed.
Consejos para prevenir la deshidratación en verano
Para evitar la deshidratación en verano, es importante seguir algunos consejos básicos, como aumentar la ingesta regular de líquidos, principalmente agua, evitar el consumo abigarrado de bebidas alcohólicas o azucaradas, limitar la exposición al sol en horas centrales del día y vestir ropa ligera y transpirable.
En el evento de los niños, es fundamental ofrecerles agua o líquidos adecuados de forma regular, protegerlos del sol con ropa ligera, sombreros y protector alicatar, y estar atentos a los síntomas iniciales de deshidratación para actuar de manera rápida si es necesario.
Por último, las personas mayores deben establecer rutinas de hidratación regular, consumir alimentos ricos en agua, evitar la exposición prolongada al calor y estar atentos a cualquier síntoma de deshidratación.
No olvidemos que