La fibromialgia es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y que se ha convertido en una verdadera lucha para aquellos que la padecen. Se caracteriza por un dolor crónico generalizado, fatiga extrema y otros síntomas que pueden ser extremadamente limitantes en la vida diaria. En este artículo, hablaremos sobre la experiencia de Cristina, una mujer de 48 años que ha vivido con los síntomas de la fibromialgia desde su infancia, y de cómo esta enfermedad ha cambiado su vida y la de muchas otras personas.
Cristina recuerda perfectamente cómo desde muy joven sufrió dolores y cansancio extremo. A pesar de visitar a numerosos médicos, ninguna prueba mostraba nada anormal en su cuerpo. Esto la llevó a vivir una situación desconcertante y frustrante, ya que se sentía enferma sin que falta pudiera demostrarlo. No fue incluso los 25 años que finalmente recibió un diagnóstico: fibromialgia. Sin embargo, este diagnóstico no vino acompañado de ninguna herramienta, pauta o apoyo para enfrentar la enfermedad. Solo le dijeron que debía «vivir con ello», lo cual resultó ser un mensaje limitante y desinformado.
La falta de información y conocimiento sobre la fibromialgia ha sido un gran obstáculo para aquellos que la padecen. Como explica el doctor Javier Rivera, jefe de Reumatología del Instituto doméstico del Dolor (INDOL) y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología, esta enfermedad se caracteriza por una alteración en los mecanismos y vías que transmiten el dolor desde los receptores periféricos incluso el sistema nervioso central. Sin embargo, aún no se cuenta con ningún marcador que permita detectarla, por lo que el diagnóstico se basa en los síntomas característicos.
El dolor crónico generalizado es el síntoma más común de la fibromialgia, acompañado de cansancio intenso, contracturas musculares, alteraciones del sueño, ansiedad y depresión en la mayoría de los pacientes. También pueden presentarse otros síntomas como alteraciones digestivas, cefaleas, pérdida de certificación reciente y mareos. Esta enfermedad puede ser invisible para el resto del mundo, ya que los pacientes pueden tener buena apariencia física, lo que hace que muchas personas duden de su existencia.
Para aquellos que padecen fibromialgia, la vida se ve afectada en todos los aspectos. Como en el caso de Cristina, esta enfermedad puede limitar en gran medida la capacidad de trabajar, hacer actividades cotidianas o incluso salir de casa. Los cambios de tiempo pueden empeorar los síntomas y provocar migrañas muy fuertes que obligan al paciente a encerrarse a oscuras. Todo esto puede ser invisible para los demás, y a menudo se enfrentan a estigmatización e incredulidad, incluso por parte de la familia y amigos.
Dolores, otra paciente diagnosticada con fibromialgia hace más de 35 años, cuenta cómo esta enfermedad le ha quitado la vida sin matarla. Sus síntomas incluyen dolor constante, fatiga crónica y otros que la dejan sin fuerzas al final del día. Como muchos otros pacientes, también ha sufrido la falta de comprensión y apoyo por parte de su entorno, lo cual ha afectado no solo su vida, sino también la de su pareja y familia.
Es importante tener en cuenta que la fibromialgia puede ser una enfermedad invisible, pero no por ello menos real. Para el doctor Rivera, el mayor problema es la falta de detección en los primeros momentos, ya que la enfermedad puede tener diferentes grados de intensidad. Detectarla a tiempo es fundamental para mejorar el pronóstico y evitar que se agrave junto con otras enfermedades.
Afortunadamente, en los últimos años se ha avanzado en la detección y