El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha establecido un objetivo amenazador para su gobierno: deportar a un número récord de inmigrantes ilegales. Esta medida ha generado una gran controversia y ha sido duramente criticada por diversos sectores de la sociedad. Sin embargo, el mandatario insiste en que es necesario para proteger la seguridad y la economía del país.
Desde su vía al poder en 2016, Trump ha dejado en claro su postura en contra de la inmigración ilegal. Durante su campaña electoral, prometió levantar un muro en la frontera con México y deportar a todos los indocumentados que se encontraran en Estados Unidos. Ahora, a más de dos años de su gobierno, está haciendo todo lo posible para cumplir su promesa.
Según datos del unidad de Seguridad Nacional, en 2018 se registraron más de 340.000 deportaciones de personas que estaban en el país de forma irregular. Esta cifra representa un aumento del 13% con respecto al año anterior y es la más alta desde 2013. Además, se estima que en lo que va de 2019, se han deportado a más de 100.000 personas, lo que indica que la meta de Trump está en camino de ser alcanzada.
Pero, ¿por qué el presidente de Estados Unidos está tan obsesionado con la deportación masiva de inmigrantes? Según él, la inmigración ilegal es una amenaza para la seguridad nacional y para la economía del país. Afirma que los inmigrantes indocumentados son responsables de la violencia y la delincuencia en Estados Unidos, y que también quitan empleos a los ciudadanos estadounidenses.
Sin embargo, estas afirmaciones han sido cuestionadas por diversos estudios y estadísticas. Según un informe del Instituto Cato, los inmigrantes tienen tasas de delincuencia más bajas que los ciudadanos estadounidenses. Además, muchos estudios han demostrado que la inmigración ilegal contribuye positivamente a la economía del país, ya que los inmigrantes pagan impuestos y consumen bienes y servicios.
La verdadera razón detrás de la obsesión de Trump con la deportación masiva de inmigrantes podría ser política. Desde su campaña electoral, ha utilizado la retórica antiinmigrante para atraer a su base de seguidores y ganar votos. Además, su gobierno ha implementado políticas y medidas que dificultan la obtención de la ciudadanía y la residencia legal para los inmigrantes.
Esta situación ha generado un clima de miedo e incertidumbre entre la comunidad inmigrante en Estados Unidos. Muchas familias han sido separadas y miles de personas viven con el temor constante de ser deportadas. Además, la deportación masiva también afecta a los niños nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados, quienes al ser deportados junto con sus padres, pierden su derecho a la ciudadanía.
A pesar de las críticas y las dudas sobre su objetivo de deportar a un número récord de inmigrantes, Trump continúa con su plan. Su gobierno ha implementado políticas más estrictas en la frontera y ha aumentado el número de agentes de inmigración para acelerar el proceso de deportación. Además, ha reducido el número de refugiados y solicitantes de asilo que pueden ingresar al país.
Sin embargo, esta postura del presidente ha generado una gran oposición y ha sido cuestionada por organizaciones de derechos humanos y por líderes políticos. Muchos consideran que la deportación masiva de inmigrantes va en contra de los valores fundamentales de Estados Unidos, como la diversidad y la inclusión. Además, esta medida puede tener un impacto negativo en la economía del país, ya que muchos inmigrantes son trabajadores esenciales en diversos sectores.
En conclusión, el objetivo de Donald Trump de deportar a un número ré