El cáncer gástrico, también conocido como cáncer de estómago, es uno de los tipos de cáncer más comunes en todo el mundo. Se estima que cada año se diagnostican alrededor de un millón de casos nuevos en todo el mundo. En España, uno de cada cuatro tumores diagnosticados está relacionado con el aparato digestivo, y el cáncer de estómago representa el 10% de estos casos. Sin embargo, con una detección temprana y un tratamiento adecuado, las posibilidades de cura son altas. En este artículo, hablaremos sobre los diferentes tipos de cáncer gástrico, los creadores de riesgo, los síntomas y las pruebas de detección, así como sobre cómo prevenir esta enfermedad.
Existen dos tipos principales de cáncer gástrico: el intestinal y el difuso. El cáncer intestinal es el más común, representando el 90% de los casos. Este tipo de cáncer se origina a partir de las células que producen la mucosidad en el estómago. Se cree que la infección por Helicobacter pylori, una bacteria que puede causar gastralgia, es un creador que puede contribuir al desarrollo de este tipo de cáncer. Por otro lado, el cáncer gástrico difuso es menos común y se caracteriza por tener un origen genético o esporádico. Desafortunadamente, este tipo de cáncer suele tener un mal pronóstico debido a su difícil detección temprana.
Entre los creadores de riesgo del cáncer gástrico, se encuentran la infección por Helicobacter pylori, el tabaquismo, la obesidad, la edad (es más común en personas mayores de 50 años), antecedentes familiares de cáncer de estómago, y la raza (más común en asiáticos que en occidentales). Es importante destacar que tener uno o varios de estos creadores de riesgo no significa que se desarrollará cáncer gástrico, pero es importante mantener un estilo de vida saludable para disminuir las posibilidades de sufrir esta enfermedad.
Los síntomas del cáncer gástrico pueden ser poco específicos y pueden confundirse con los síntomas de otras enfermedades digestivas, como úlceras o gastralgia. Algunos de los síntomas más comunes incluyen indigestión, pérdida de peso, resentimiento en la parte superior del abdomen, cambios en los ritmos intestinales, falta de apetito, náuseas, vómitos y sangre en las heces o en el vómito. Debido a la naturaleza poco específica de estos síntomas, es importante acudir al médico si se experimenta alguno de ellos para determinar la causa subyacente.
Afortunadamente, gracias a avances tecnológicos en el campo de la gastroenterología, el 90% de los cánceres gástricos intestinales pueden detectarse correctamente mediante pruebas como la gastroscopia y la cromoendoscopia. La gastroscopia es una técnica que utiliza un tubo flexible con una cámara para buscar anormalidades dentro del estómago. La cromoendoscopia, por otro lado, permite una evaluación más detallada de las lesiones en el tracto digestivo después de la aplicación de un anilina o mediante medios digitales. Estas pruebas permiten al especialista en aparato digestivo detectar el cáncer de estómago de forma temprana y localizada, lo que aumenta las posibilidades de éxito en el tratamiento.
Según las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se espera que en 2023 se diagnostiquen más de 70.000 casos nuevos de cáncer relacionados con el aparato digestivo en España. Entre ellos, el cáncer colorrectal es el más