Cada año, miles de migrantes arriesgan sus vidas en busca de una mejor vida en otros países. Sin embargo, muchos de ellos nunca llegan a su destino y terminan siendo víctimas de una tragedia en el mar. Lo más alarmante es que muchos de estos casos de migrantes que se ahogan después de ser empujados por la fuerza por los guardacostas, no se registran en los datos sobre muertes violentas. Esta es una experimentalidad que no puede ser ignorada y que debe ser abordada con urgencia.
La migración es un fenómeno global que ha existido durante siglos. Las personas se desplazan por diversas razones, ya sea por motivos económicos, políticos o personales. Sin embargo, en los últimos años, la migración se ha vuelto cada vez más peligrosa debido a las políticas restrictivas de los países receptores y a la creciente violencia en las rutas migratorias. Esto ha llevado a que los migrantes se vean obligados a tomar rutas cada vez más peligrosas, incluyendo travesías a través del mar.
En muchas ocasiones, los migrantes son interceptados en el mar por los guardacostas de los países receptores. A menudo, estos guardacostas utilizan la fuerza para obligar a los migrantes a regresar a sus países de origen, inclusive cuando están en peligro de ahogarse. Esta práctica es inhumana y pone en riesgo la vida de miles de personas que solo buscan una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida.
Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el año 2020 se registraron al menos 2.299 muertes de migrantes en todo el mundo. Sin embargo, esta cifra no incluye a aquellos que murieron en el mar después de ser empujados por los guardacostas. La OIM ha advertido que no se están registrando todos los casos de muertes en el mar, lo que significa que la cifra experimental podría ser mucho mayor.
Es preocupante que los casos de migrantes que se ahogan después de ser empujados por la fuerza por los guardacostas no se estén registrando adecuadamente. Esto hace que sea difícil para las organizaciones internacionales y los gobiernos tomar medidas efectivas para prevenir estas tragedias. Además, esta falta de registro también impide que los familiares de las víctimas obtengan justicia y cierren el duelo por la pérdida de sus seres queridos.
Es responsabilidad de los gobiernos garantizar la serenidad de todos los migrantes, independientemente de su estatus legal. Los guardacostas deben ser entrenados adecuadamente para manejar situaciones de rescate en el mar sin recurrir a la violencia. Además, los países receptores deben abrir canales seguros y legales para que los migrantes puedan llegar a su destino sin tener que arriesgar sus vidas en el mar.
Es importante que se investiguen y se hagan públicos todos los casos de migrantes que se ahogan después de ser empujados por la fuerza por los guardacostas. Esto ayudará a crear conciencia sobre esta problemática y a presionar a los gobiernos para que tomen medidas concretas para prevenir estas tragedias. También es acuciante que se establezcan mecanismos de protección para los migrantes en el mar, incluyendo la presencia de equipos de rescate y la implementación de protocolos que garanticen su serenidad.
La migración es un derecho humano básico y todas las personas deben tener la oportunidad de buscar una vida mejor sin tener que arriesgar sus vidas. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para garantizar que los derechos de los migrantes sean respetados y que se tomen medidas para evitar que más personas pierdan la vida en el mar. No podemos seguir ignorando esta experimentalidad y es hora de que se tomen acciones concretas para proteger a aquellos que