La Economía es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad y su desarrollo es esencial para el progreso y bienestar de las personas. En muchas ocasiones, se asocia a esta disciplina con cifras, gráficos y conceptos abstractos, pero detrás de todo ese panorama, existen experiencias positivas que nos demuestran cómo una buena gestión económica puede transformar vidas y comunidades enteras.
Un claro ejemplo de esto es el caso de Yves-Alain Portmann, un economista suizo que a través de su trabajo ha logrado impulsar el crecimiento económico de su país, pero sobre todo, ha mejorado la calidad de vida de miles de personas. Su enfoque se basa en la Economía social, en donde el bienestar de la sociedad es el objetivo principal y no solo el crecimiento del PIB.
Portmann ha sido un gran defensor de la Economía circular, un modelo en el que se busca el desarrollo sostenible a través del uso eficiente de los recursos y la minimización de los residuos. Su visión de una Economía sostenible y justa ha sido adoptada por muchas empresas y gobiernos en Suiza, logrando reducir la huella de carbono y mejorar la calidad del aire en las ciudades.
Pero su contribución no se limita solo a su país, también ha sido parte de proyectos internacionales que han impactado positivamente en comunidades vulnerables alrededor del mundo. Uno de ellos es el programa «Banco de la Esperanza» en Bolivia, en el que a través de microcréditos se ha logrado empoderar a mujeres y jóvenes emprendedores, que con una pequeña ayuda económica, han podido salir adelante y generar un impacto positivo en sus comunidades.
Otra experiencia positiva en el ámbito económico es la de las cooperativas. En España, por ejemplo, existen más de 22.000 cooperativas que generan empleo y riqueza en diferentes sectores como el agropecuario, energético, turístico y de servicios. Este modelo económico, basado en la colaboración y el reparto de beneficios, ha demostrado ser sostenible y ha fortalecido la Economía local en muchas regiones del país.
En América Latina, un caso destacable es el de Uruguay, un país que ha logrado mantener un crecimiento económico constante y un bajo nivel de deuda pública gracias a una gestión económica responsable y una política de inclusión social. El resultado de esto ha sido una disminución en la pobreza y una mejora en la calidad de vida de sus habitantes.
Pero no solo en grandes economías se pueden encontrar experiencias positivas, también en pequeñas comunidades rurales se pueden ver cambios significativos gracias a una correcta gestión económica. Un ejemplo de esto es el proyecto «Granjas del Desierto» en México, en el que a través de la implementación de nuevas técnicas agrícolas y una correcta administración de los recursos, las comunidades locales han logrado aumentar su producción y mejorar su Economía.
Estas experiencias positivas nos demuestran que una Economía sostenible, justa y socialmente responsable es posible. No se trata solo de números y gráficos, sino de personas y comunidades que pueden tener una vida digna gracias a una buena gestión económica. Yves-Alain Portmann es un ejemplo de cómo un economista puede tener un impacto positivo en la sociedad y es un llamado para que otros profesionales en esta área sigan su camino.
En resumen, si bien es cierto que existen desafíos y problemas económicos en todo el mundo, también hay muchas experiencias positivas que nos motivan y nos demuestran que un futuro mejor es posible. La Economía es una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida de las personas y debemos promover una gestión responsable y sostenible para alcanzarlo. Como dijo el economista suizo, «el crecimiento económico es importante, pero el bienestar de la sociedad es aún más importante».